miércoles, 16 de octubre de 2013

Amor a primera vista

Bueno, pasó la prueba de fuego. La primera clase con un profesor que no conoces es una evaluación continua: de ellos hacia nosotros y viceversa. ¿Qué nota habré sacado yo? No lo sé... pero, desde luego, la profesora entra en la selecta lista de las matrículas de honor. Hasta ahora he puesto sólo dos matrículas, a lo largo de la carrera y he tenido unos veinte profesores (que recuerde).
Alemany marcó el otro día en clase un patrón muy básico por el que juzgar las obras visuales que le encantaban de las que pasaban sin más: “Si cuando la ves, dices, ¿por qué no se me habrá ocurrido esto a mi? Me hubiera encantado hacerlo yo. Es que esa obra para ti es, sin lugar a dudas, excepcional.” Pues bien, yo de mayor (esta es una frase que dicen mis niños y me encanta) quiero dar clases como las de ella y que mis alumnos se queden con la sensación que me quedé yo al salir de la presentación.
¿Qué nos dijo? Nos contó quien era ella… Bueno, todavía no lo he dicho, mi profesora se llama María Jesús Abad Tejerina, es profesora en el Ces Felipe II, doctora en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid, licenciada en Bellas Artes en las especialidades de pintura y audiovisuales y diplomada en Artes Aplicadas en la especialidad de Fotografía Artística (espero no equivocarme), y, a parte de todo eso, es encantadora y muy comprometida con sus alumnos.
Es consciente de lo importante que es para nosotros saber como actuar ahí fuera, en la calle, y está comprometida a enseñárnoslo y a darnos todos los conocimientos que pidamos. O, al menos, con esta sensación me he quedado yo al salir de la presentación.
Ha marcado las pautas de la clase, el sistema de evaluación, ha dado una pequeña bibliografía, que ya tengo ganas de empezar a cotillear, y  ha abierto muchas expectativas.
Nos habló del “Diagrama de Gantt”, me parece un método bastante resolutivo que sin saber que tenía nombre ya lo solía aplicar.
¡¡Y nos preguntó!! Sí, señores, le interesa lo que opinemos y lo que nos interesa realmente a nosotros, de lo que tenemos carencias y de lo que más o menos nos defendemos. Parece marciano como dice ella, cuando debería ser algo lógico.
Nos recomendó el cuento de “La serpiente verde” de Goethe.
Después de este post me podéis tachar de lo que queráis, pero creo que a estas alturas de la carrera, no es como cuando empezamos en primero, ya no todas las exposiciones nos gustan, no todo lo que nos cuentan nos agrada, ni todas las clases nos enseñan… Ya que la mayoría de las veces me la guardo y para una vez que en una asignatura me piden mi opinión la voy a decir alta y clara. Ya que no creo que este blog sea para contar tal cual lo que me han enseñado, para eso ve a la clase y ¡listo!. Espero no molestar a nadie y que no se cree ningún malestar, ni polémica. Es más, prefiero que si no os gusta, dejéis de leerlo y lo olvidéis. De verdad que no es necesario hacer daño. Hay una frase que les repito a mis chavales constantemente: “Hay que ser buena gente”.
Y para terminar una cita de la película de Amélie, que no tiene mucho que ver pero me gusta: “Y me gusta notar pequeños detalles que nadie ve nunca”


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